La mORERA
sOBRE lA PLANTA
Los gusanos de seda tienen la particularidad de ser una clase de insectos monófagos, es decir que se alimentan de una sola especie vegetal; en este caso son las hojas frescas de la planta de mora.
La morera es una árbol perteneciente al orden de los Urticales, familia Moraceae, y género Morus como clasificación general. Dentro de esta especie existen distintas variedades de las cuales, la más difundida y la que se utiliza para la alimentación de los gusanos es la conocida como "Mora Blanca", aunque también produce frutos de color, Morus Alba. Una característica remarcable de ésta planta es que sus hojas tienen una gran palatabilidad y digestibilidad ya que están compuestas por entre un 15% al 28% de proteína bruta, un 17% de minerales, gran cantidad de aminoácidos esenciales y un bajo contenido de lignina (sustancia indigestible para los seres vivos). Es un árbol de rápido crecimiento en sus primeras etapas vegetativas pero luego se va retrasando y raramente exceden los 15 metros de altura. Éste presenta hojas caducas (se caen en otoño), alternas, simples, de borde aserrado, presentan una característica particular, el dimorfismo foliar, es decir que las hojas pueden ser de dos tipos de formas diferentes: estera o lobulada. Es importante remarcar que el tipo de hoja no condiciona la elección ni la calidad de la planta. La planta puede comenzar la brotación desde Agosto hasta Marzo-Abril, dependiendo la zona, en la producción de gusanos de seda el fruto pierde relevancia. Dado que se evita que la planta fructifique a partir de prácticas de manejo y conducción, como la poda. |
rEQUERIMIENTOS del árbol
La planta de mora es muy rústica ya que no presenta grandes problemas sanitarios ni requerimientos ambientales restrictivos. Aún así es muy importante determinar el lugar de plantación ya que las condiciones ambientales pueden ser tales que permitan que la planta crezca, pero no necesariamente todos los ambientes darán plantas con la calidad necesaria para obtener una buena cría.
Clima:
En nuestro país se encuentra desde los 50° de latitud Norte hasta los 40° de latitud Sur, es decir que crece tanto en climas tropicales como templados. En zonas más frías como el sur de la Argentina (Patagonia) también crece, pero las condiciones ambientales no son apropiadas y dificultan seriamente la producción de hojas suficientemente nutritivas para la cría del gusano de seda.
Luz:
La luz es un elemento fundamental en el proceso de fotosíntesis, mediante el cual las plantas producen su propio alimento que les permite desarrollarse. Si bien es una especie que necesita abundante luz, se puede manejar el cultivo para modificar la intensidad de la misma; ello ocurre especialmente en las zonas tropicales, donde las altas temperaturas disminuyen rápidamente la calidad de los brotes. Se recomienda de 9 a 13 horas de luz solar promedio por día para un desarrollo adecuado.
Temperatura:
La temperatura es uno de los factores principales que más afecta el desarrollo de la planta. El rango óptimo va desde los 22 °C a 30 °C.
Cuando la temperatura del aire se reduce gradualmente, como ocurre en el invierno, el crecimiento es menor, y las yemas entran en un periodo de "dormición"; las yemas dormidas comenzaran a brotar cuando la temperatura del aire supere los 12°C.
Si la temperatura supera los 40°C, se retrasara el crecimiento de la planta; además, si ese momento coincide con poca humedad en el suelo, las hojas serán de menor tamaño y tenderán a amarillear.
Precipitaciones:
El agua es fundamental para la planta en particular las hojas ya que el 80% del peso de una hoja es agua. El rango de precipitaciones que se recomienda va desde los 600 y 2500 mm anuales combinado con una humedad relativa de entre el 65% y el 80%.
Es preferible que haya lluvias abundantes en primavera-verano ya que es una especie que no tolera los extremos ambientales.
Altitud y Pendiente del Terreno:
Puede crecer desde 0 a 2500 m sobre el nivel del mar. Es recomendable que el terreno sea plano ya que la productividad de hojas disminuye con la pendiente. En el caso de estar en esta situación será necesario construir mejoras en el terreno para que no se produzca erosión. Un ejemplo son los cultivos en terrazas.
Suelos:
La morera tiene la capacidad de adaptarse a una gran variedad de suelos. Generalmente crece mejor en aquellos de textura franca, de buen drenaje y un adecuado nivel de fertilidad.
A medida que el suelo se seca, disminuye su crecimiento hasta detenerse; tampoco tolera suelos inundados.
El nivel de acidez (pH del suelo) es un elemento importante ya que afecta al desarrollo de la hoja; con altos niveles de acidez las hojas son más pequeñas. En zonas con pH ácido como las tropicales, se suele usar el agregado de cal apagada para aumentar el pH. Se recomienda utilizar suelos cercanos a la neutralidad.
Clima:
En nuestro país se encuentra desde los 50° de latitud Norte hasta los 40° de latitud Sur, es decir que crece tanto en climas tropicales como templados. En zonas más frías como el sur de la Argentina (Patagonia) también crece, pero las condiciones ambientales no son apropiadas y dificultan seriamente la producción de hojas suficientemente nutritivas para la cría del gusano de seda.
Luz:
La luz es un elemento fundamental en el proceso de fotosíntesis, mediante el cual las plantas producen su propio alimento que les permite desarrollarse. Si bien es una especie que necesita abundante luz, se puede manejar el cultivo para modificar la intensidad de la misma; ello ocurre especialmente en las zonas tropicales, donde las altas temperaturas disminuyen rápidamente la calidad de los brotes. Se recomienda de 9 a 13 horas de luz solar promedio por día para un desarrollo adecuado.
Temperatura:
La temperatura es uno de los factores principales que más afecta el desarrollo de la planta. El rango óptimo va desde los 22 °C a 30 °C.
Cuando la temperatura del aire se reduce gradualmente, como ocurre en el invierno, el crecimiento es menor, y las yemas entran en un periodo de "dormición"; las yemas dormidas comenzaran a brotar cuando la temperatura del aire supere los 12°C.
Si la temperatura supera los 40°C, se retrasara el crecimiento de la planta; además, si ese momento coincide con poca humedad en el suelo, las hojas serán de menor tamaño y tenderán a amarillear.
Precipitaciones:
El agua es fundamental para la planta en particular las hojas ya que el 80% del peso de una hoja es agua. El rango de precipitaciones que se recomienda va desde los 600 y 2500 mm anuales combinado con una humedad relativa de entre el 65% y el 80%.
Es preferible que haya lluvias abundantes en primavera-verano ya que es una especie que no tolera los extremos ambientales.
Altitud y Pendiente del Terreno:
Puede crecer desde 0 a 2500 m sobre el nivel del mar. Es recomendable que el terreno sea plano ya que la productividad de hojas disminuye con la pendiente. En el caso de estar en esta situación será necesario construir mejoras en el terreno para que no se produzca erosión. Un ejemplo son los cultivos en terrazas.
Suelos:
La morera tiene la capacidad de adaptarse a una gran variedad de suelos. Generalmente crece mejor en aquellos de textura franca, de buen drenaje y un adecuado nivel de fertilidad.
A medida que el suelo se seca, disminuye su crecimiento hasta detenerse; tampoco tolera suelos inundados.
El nivel de acidez (pH del suelo) es un elemento importante ya que afecta al desarrollo de la hoja; con altos niveles de acidez las hojas son más pequeñas. En zonas con pH ácido como las tropicales, se suele usar el agregado de cal apagada para aumentar el pH. Se recomienda utilizar suelos cercanos a la neutralidad.
PLantación
Labores en el Terreno
Se debe tener en cuenta que las labores adecuadas varían de zona a zona. La primera labor es preparar el terreno de manera que no esté excesivamente compactado ya que esto dificultara la plantación de las estacas. También se deben eliminar las malezas para evitar la competencia. En caso que el terreno posea pendientes muy marcadas, resulta aconsejable la realización de cultivos en franjas o terrazas. Es fundamental recordar que las labores y el manejo productivo deben evitar la erosión del suelo.
Densidad de plantación
La densidad de plantación depende de varios factores como el tipo de planta a trabajar, la variedad de morera, el tipo de suelo y pendiente, la fertilización a utilizar, y la forman deseada de conducción, entre otros.
Se debe hacer un balance entre la distancia entre árboles y la distancia entre hileras ya que, por ejemplo, con altas densidades puede haber problemas fitosanitarios, sobre todo en zonas húmedas, donde hay mayores riesgos de ataques de hongos.
En suelos de poca pendiente, no hay restricciones con respecto a la densidad; en los de pendiente marcada éstas deben ser menores para evitar la erosión. Para ello las hileras deben disponerse de manera perpendicular al sentido de la pendiente.
Otro aspecto importante para decidir la densidad es la forma en que se van a cosechar las ramas. Esta puede ser manual, es decir cortar las ramas con tijera de podar o mecanizada, con maquinaria especializada para realizar el corte.
Generalmente las densidades de plantación varían entre las 8000 plantas/ha y las 20000 plantas/ha.
Forma de Plantación
Las líneas de plantación pueden ser realizadas siguiendo las curvas de nivel. En terrenos de poca pendiente es suficiente efectuar las líneas de plantación de manera perpendicular a la pendiente. La mejor distribución de estacas entre líneas es la de tresbolillo (triángulo). Este esquema de distribución permite el máximo aprovechamiento de superficie por estaca.
Se debe tener en cuenta que las labores adecuadas varían de zona a zona. La primera labor es preparar el terreno de manera que no esté excesivamente compactado ya que esto dificultara la plantación de las estacas. También se deben eliminar las malezas para evitar la competencia. En caso que el terreno posea pendientes muy marcadas, resulta aconsejable la realización de cultivos en franjas o terrazas. Es fundamental recordar que las labores y el manejo productivo deben evitar la erosión del suelo.
Densidad de plantación
La densidad de plantación depende de varios factores como el tipo de planta a trabajar, la variedad de morera, el tipo de suelo y pendiente, la fertilización a utilizar, y la forman deseada de conducción, entre otros.
Se debe hacer un balance entre la distancia entre árboles y la distancia entre hileras ya que, por ejemplo, con altas densidades puede haber problemas fitosanitarios, sobre todo en zonas húmedas, donde hay mayores riesgos de ataques de hongos.
En suelos de poca pendiente, no hay restricciones con respecto a la densidad; en los de pendiente marcada éstas deben ser menores para evitar la erosión. Para ello las hileras deben disponerse de manera perpendicular al sentido de la pendiente.
Otro aspecto importante para decidir la densidad es la forma en que se van a cosechar las ramas. Esta puede ser manual, es decir cortar las ramas con tijera de podar o mecanizada, con maquinaria especializada para realizar el corte.
Generalmente las densidades de plantación varían entre las 8000 plantas/ha y las 20000 plantas/ha.
Forma de Plantación
Las líneas de plantación pueden ser realizadas siguiendo las curvas de nivel. En terrenos de poca pendiente es suficiente efectuar las líneas de plantación de manera perpendicular a la pendiente. La mejor distribución de estacas entre líneas es la de tresbolillo (triángulo). Este esquema de distribución permite el máximo aprovechamiento de superficie por estaca.
mANTENIMIENTO
Reposición de fallas
Generalmente un porcentaje determinado de estacas “no prenden” al suelo por lo que es necesario volver a replantar en estos lugares de manera lograr un cultivo uniforme. Ésta se hace al año siguiente de la plantación Inicial, en la misma época.
Control de malezas
El período de implantación requiere de un buen control de malezas. Este se puede hacer de forma manual con azadas y escardillos o con químicos (herbicidas) determinados dependiendo del tamaño de la superficie y del daño producido.
Cuando la plantación ya está desarrollada, es difícil que las malezas puedan matar a las plantas, pero sí retrasar su crecimiento; además, éstas son hospederos de enfermedades y plagas.
Es muy importante revisar que herbicida que se vaya a utilizar sea el adecuado y no afecte luego a los gusanos. El momento de aplicación es luego de la poda o de la cosecha de hojas.
Cobertura de suelo
Es recomendable cubrir los espacios que queden entre las hileras de estacas con restos vegetales para evitar la aparición de malezas y el desecamiento del suelo aunque en grandes superficies es difícil realizar estas tareas.
Riego
Durante la implantación es recomendable regar el cultivo, especialmente en las épocas de calor y pocas lluvias. Las plantas requieren aproximadamente 5mm/día durante el período de mayor crecimiento vegetativo, lo que significa que se necesitan aproximadamente 150 mm mensuales de lluvia o riego. Se debe agregar un riego complementario si se ven las hojas amarillentas o que comienzan a caerse.
El método más comúnmente utilizado es el riego por surcos (irrigación por gravedad), y es importante evitar la acumulación de agua en el terreno y la inundación de los cultivos ya que baja el rendimiento por la podredumbre de las raíces.
Control de plagas
La principal plaga es la hormiga podadora y esta se puede combatir, como en el resto de los cultivos, con agroquímicos o métodos naturales diversos. El control más recomendable es ubicar cebos tóxicos en las bocas de los hormigueros. Considerando de evitar aplicaciones foliare que comprometan la alimentación de los gusanos.
Podas
En la primera poda, que se realiza a los tres o cuatro meses, el objetivo es definir el tipo y forma de planta con que se va a trabajar. La forma más eficiente es utilizarlas como arbustos, para lo cual se efectúa un corte a 40-50 cm; luego se permite que desarrollen 2 a 3 brotes, y se eliminan todos los que crezcan por debajo de los mismos. A partir de éstos se obtienen las ramas de cosecha.
Cuando las plantas se encuentran listas para comenzar a producir, se ira realizando a medida que se necesite la poda de ramas con hojas que serán el alimento de los gusanos. La poda debe ser a baja altura, los cortes se realizan lo más cerca de la base de los brotes y se cortan todas las ramas de cada planta, pero dejando un par de yemas por rama, para permitir el rebrote. La frecuencia con la que se hará esta poda dependerá del estado de crecimiento de los gusanos y la cantidad de alimento que consuman.
También hay que eliminar las ramas enfermas, muertas o brotes vigorosos que crecen en otros lugares diferentes a la cabeza de producción. Es importante hacer el corte de manera limpia, para lo cual se deben usar tijeras de podar afiladas y no es aconsejable usar machetes para evitar desgarros y roturas de ramas ya que estas heridas son puerta de entrada de enfermedades.
Después de varios años de cosecha se puede realizar una poda de rejuvenecimiento para mejorar la producción de hojas. Se deben cortar todas las ramas a la altura de su inserción con el tronco dejando solo las principales.
Fertilización del cultivo
A medida que se realizan las cosechas, se van extrayendo los nutrientes del suelo por lo que es importante reponer y mejorar la calidad del suelo. Ésta puede ser con fertilizantes naturales como abonos o con fertilizantes químicos que aporten la cantidad exacta de nutrientes requerida. Es importante realizar un estudio del suelo antes de realizar cualquier operación.
Corrección de pH: encalado
En suelos de zonas tropicales (generalmente en la provincia de Misiones) el pH es bajo y esto hace que algunos nutrientes queden inmovilizados y las plantas no los puedan tomar, por ejemplo el fosforo. La corrección se realiza aplicando calcáreo al suelo y la cantidad agregada será determinada por un estudio de suelo.
Recambio de plantas
Si se realiza un sistema intensivo de cría, las plantas luego de diez o quince años tenderán a tener menor rendimiento debido a problemas de fertilidad o a un envejecimiento del cultivo; en esta situación, hay que hacer sustitución de plantas. Si la plantación ya está muy envejecida y el rendimiento cayó demasiado, se deben eliminar las plantas viejas y comenzar nuevamente con un terreno limpio. En el caso de que el rendimiento aún sea aceptable, se pueden plantar las nuevas estacas entre surcos.
Generalmente un porcentaje determinado de estacas “no prenden” al suelo por lo que es necesario volver a replantar en estos lugares de manera lograr un cultivo uniforme. Ésta se hace al año siguiente de la plantación Inicial, en la misma época.
Control de malezas
El período de implantación requiere de un buen control de malezas. Este se puede hacer de forma manual con azadas y escardillos o con químicos (herbicidas) determinados dependiendo del tamaño de la superficie y del daño producido.
Cuando la plantación ya está desarrollada, es difícil que las malezas puedan matar a las plantas, pero sí retrasar su crecimiento; además, éstas son hospederos de enfermedades y plagas.
Es muy importante revisar que herbicida que se vaya a utilizar sea el adecuado y no afecte luego a los gusanos. El momento de aplicación es luego de la poda o de la cosecha de hojas.
Cobertura de suelo
Es recomendable cubrir los espacios que queden entre las hileras de estacas con restos vegetales para evitar la aparición de malezas y el desecamiento del suelo aunque en grandes superficies es difícil realizar estas tareas.
Riego
Durante la implantación es recomendable regar el cultivo, especialmente en las épocas de calor y pocas lluvias. Las plantas requieren aproximadamente 5mm/día durante el período de mayor crecimiento vegetativo, lo que significa que se necesitan aproximadamente 150 mm mensuales de lluvia o riego. Se debe agregar un riego complementario si se ven las hojas amarillentas o que comienzan a caerse.
El método más comúnmente utilizado es el riego por surcos (irrigación por gravedad), y es importante evitar la acumulación de agua en el terreno y la inundación de los cultivos ya que baja el rendimiento por la podredumbre de las raíces.
Control de plagas
La principal plaga es la hormiga podadora y esta se puede combatir, como en el resto de los cultivos, con agroquímicos o métodos naturales diversos. El control más recomendable es ubicar cebos tóxicos en las bocas de los hormigueros. Considerando de evitar aplicaciones foliare que comprometan la alimentación de los gusanos.
Podas
En la primera poda, que se realiza a los tres o cuatro meses, el objetivo es definir el tipo y forma de planta con que se va a trabajar. La forma más eficiente es utilizarlas como arbustos, para lo cual se efectúa un corte a 40-50 cm; luego se permite que desarrollen 2 a 3 brotes, y se eliminan todos los que crezcan por debajo de los mismos. A partir de éstos se obtienen las ramas de cosecha.
Cuando las plantas se encuentran listas para comenzar a producir, se ira realizando a medida que se necesite la poda de ramas con hojas que serán el alimento de los gusanos. La poda debe ser a baja altura, los cortes se realizan lo más cerca de la base de los brotes y se cortan todas las ramas de cada planta, pero dejando un par de yemas por rama, para permitir el rebrote. La frecuencia con la que se hará esta poda dependerá del estado de crecimiento de los gusanos y la cantidad de alimento que consuman.
También hay que eliminar las ramas enfermas, muertas o brotes vigorosos que crecen en otros lugares diferentes a la cabeza de producción. Es importante hacer el corte de manera limpia, para lo cual se deben usar tijeras de podar afiladas y no es aconsejable usar machetes para evitar desgarros y roturas de ramas ya que estas heridas son puerta de entrada de enfermedades.
Después de varios años de cosecha se puede realizar una poda de rejuvenecimiento para mejorar la producción de hojas. Se deben cortar todas las ramas a la altura de su inserción con el tronco dejando solo las principales.
Fertilización del cultivo
A medida que se realizan las cosechas, se van extrayendo los nutrientes del suelo por lo que es importante reponer y mejorar la calidad del suelo. Ésta puede ser con fertilizantes naturales como abonos o con fertilizantes químicos que aporten la cantidad exacta de nutrientes requerida. Es importante realizar un estudio del suelo antes de realizar cualquier operación.
Corrección de pH: encalado
En suelos de zonas tropicales (generalmente en la provincia de Misiones) el pH es bajo y esto hace que algunos nutrientes queden inmovilizados y las plantas no los puedan tomar, por ejemplo el fosforo. La corrección se realiza aplicando calcáreo al suelo y la cantidad agregada será determinada por un estudio de suelo.
Recambio de plantas
Si se realiza un sistema intensivo de cría, las plantas luego de diez o quince años tenderán a tener menor rendimiento debido a problemas de fertilidad o a un envejecimiento del cultivo; en esta situación, hay que hacer sustitución de plantas. Si la plantación ya está muy envejecida y el rendimiento cayó demasiado, se deben eliminar las plantas viejas y comenzar nuevamente con un terreno limpio. En el caso de que el rendimiento aún sea aceptable, se pueden plantar las nuevas estacas entre surcos.
Alimentación del gusano: producción de hojas
La primera cosecha de las hojas se realizara los 5 o 6 meses de implantadas las estacas, a partir de ese momento se deben esperar de 2 a 4 meses a que las hojas de las ramas inferiores maduren de nuevo para realizar la siguiente cosecha. No es aconsejable realizar la cosecha de las hojas ni antes ni después de tiempo ya que provocan perdidas en el rendimiento y porque los gusanos las comen frescas, una hoja seca no la comerán.
El periodo de alimentación del gusano dura de 30 a 45 días dependiendo del clima; y aumenta hasta 9000 veces su peso y 6000 veces su volumen. A lo largo de sus estadios larvales, se debe preveer el tamaño de los cortes de hoja y la cantidad a suministrar teniendo en cuenta que la voracidad aumenta en consideración a medida que la larva aumenta su tamaño.
Depósito y conservación de las hojas
Si se recolectan hojas para varias alimentaciones (lo ideal es que no superen el día), pueden transcurrir varias horas entre la cosecha y su distribución. Es importante evitar que en ese tiempo las hojas comiencen a marchitarse y secarse, para esto se deben mantener las ramas en un lugar sombreado, húmedo, protegidas del viento y cubiertas con un trapo o bolsa de arpillera húmeda.
Es importante también no proporcionar a los gusanos hojas mojadas porque pueden provocarles diarreas y producir la aparición enfermedades.
Cantidad y momento de alimentación
La frecuencia de alimentación varía según la edad. Es más conveniente entregar cantidades limitadas de hojas en períodos cortos, que una gran cantidad de hojas en una sola vez, porque éstas se deshidratan.
Es importante respetar las cantidades y realizar una buena distribución de hojas en toda la bandeja de cría, ya que por ejemplo en la 1a edad, si se acumulan muchas hojas y numerosas larvas pueden morir.
En la última alimentación del día se debe entregar algo más de alimento, debido a que hasta la próxima comida transcurrirán más de 10 horas.
El periodo de alimentación del gusano dura de 30 a 45 días dependiendo del clima; y aumenta hasta 9000 veces su peso y 6000 veces su volumen. A lo largo de sus estadios larvales, se debe preveer el tamaño de los cortes de hoja y la cantidad a suministrar teniendo en cuenta que la voracidad aumenta en consideración a medida que la larva aumenta su tamaño.
Depósito y conservación de las hojas
Si se recolectan hojas para varias alimentaciones (lo ideal es que no superen el día), pueden transcurrir varias horas entre la cosecha y su distribución. Es importante evitar que en ese tiempo las hojas comiencen a marchitarse y secarse, para esto se deben mantener las ramas en un lugar sombreado, húmedo, protegidas del viento y cubiertas con un trapo o bolsa de arpillera húmeda.
Es importante también no proporcionar a los gusanos hojas mojadas porque pueden provocarles diarreas y producir la aparición enfermedades.
Cantidad y momento de alimentación
La frecuencia de alimentación varía según la edad. Es más conveniente entregar cantidades limitadas de hojas en períodos cortos, que una gran cantidad de hojas en una sola vez, porque éstas se deshidratan.
Es importante respetar las cantidades y realizar una buena distribución de hojas en toda la bandeja de cría, ya que por ejemplo en la 1a edad, si se acumulan muchas hojas y numerosas larvas pueden morir.
En la última alimentación del día se debe entregar algo más de alimento, debido a que hasta la próxima comida transcurrirán más de 10 horas.